Las criptomonedas facilitan las transacciones sin que intervenga ningún regulador más allá del propio sistema que verifica cada transacción. Actualmente el uso de las criptomonedas para adquirir bienes y servicios es muy limitado, pero eso podría cambiar rápidamente si se dan las circunstancias adecuadas.
Se sabe que Rusia se están preparando para mitigar las sanciones mediante acuerdos con países ‘amigos’ como China, pero es lógico pensar esta Rusia llevase tiempo preparándose para este escenario, ya que el momento de atacar a Ucrania lo ha elegido Putin. Cuesta pensar que no se haya preparado, teniendo en cuenta que Rusia ya padeció sanciones en 2014 tras la invasión de Crimea.
Así, las principales entidades rusas podrían utilizar criptomonedas para saltarse la imposibilidad de utilizar el sistema bancario convencional, ya que los bancos no tienen ningún tipo de control sobre las divisas digitales. Por lo que a los gobiernos tan solo les quedaría la posibilidad de controlar las plataformas de intercambio de criptomonedas, para evitar las transacciones con Rusia.
Sin embargo, controlar las plataformas de criptomonedas no evita las transacciones P2P, es decir, entre dos entidades sin la intervención de ningún tercero. Y por otro, Rusia ya tiene preparada su propia criptomoneda, el rublo digital.
Está por ver si los planes de Rusia para mitigar las sanciones serán efectivos, pero cuesta creer que Putin se haya aventurado a invadir un país tan importante estratégicamente, sin que se haya preparado no solo militarmente, sino también financieramente.