Maid es una serie de gran calidad que realmente merece la pena. Detrás de esta miniserie está el equipo de la serie Shameless, y la verdad es que recuerda en algunas cosas a aquella serie, de un padre alcohólico que no hace otra cosa que ponerle las cosas difíciles a su hija mayor, Fiona, que es la que ha ocupado el rol de madre y cabeza de familia.
La relación de la protagonista de Maid, Alex, con su madre, Paula, recuerda a la de Fiona (Shameless) con su padre: hijas más centradas y responsables que sus progenitores, y que asumen la difícil tarea de hacerse cargo de ellos.
Al igual que en Shameless el alcohol y los bares también tienen un papel protagonista en la historia de Maid. Pero el tema principal sobre el que gira toda la serie, es la violencia domestica, y concretamente la violencia doméstica emocional.
Después de haber terminado de ver la serie puedo decir que la historia me ha enganchado por completo, y no acabo de entender por qué esta serie no ha tenido un mayor éxito.
Los personajes mantienen una lucha interna con sus defectos y demonios internos, que les llevan a caer y levantarse a lo largo de la historia. En mi opinión destaca la interpretación de la protagonista de la historia y su madre, madre e hija en la ficción y en la realidad, Alex y Paula, interpretadas por Margaret Qualley y Andie MacDowell.
Andie MacDowell ha sido un auténtico «descubrimiento» personalmente la tenía «encasillada» por sus películas de los 80 y 90, sobre todo por su mayor éxito: Cuatro bodas y un funeral. Su interpretación de madre artista, un poco pirada y homeless, es impactante y consigue construir un personaje muy interesante.
Mención especial a la más pequeña del reparto, que interpreta a Maddy, la hija de Alex, me llama mucho la atención cómo se ha conseguido integrar dentro de la historia a una niña tan pequeña y que su personaje funcione y no chirríe, algo muy habitual cuando se trabaja con niños, y que personalmente me molesta bastante. En este caso, su personaje no desentona para nada.