Llamar a las personas por su nombre, hablarles, dedicarles un momento, interesarnos por ellas, preguntarles, motivarles. A la mayoría nos gusta y lo necesitamos, unos más que otros. Lo contrario es ignorar al que pasa por tu lado, hacer invisibles a las personas.
Los adolescentes de esta generación se encuentran mucho más perdidos, tienen infinitas distracciones, muchas más que ninguna otra generación en la historia. Se han criado al frío de las pantallas y los ‘me gusta’. Ellos cada vez experimentan menos interacciones reales porque la Tecnología se interpone entre ellos y el resto de personas.
Que les hagamos visibles es fundamental. Algunos saben atraer esa palabra que los hace visible que les ayuda salir airosos o incluso reforzados, pero otros todavía no tienen esa habilidad.