Escucha las señales de tu cuerpo: humor, motivación para entrenar, dolores.
No significa que dejar de entrenar, sino que debes cambiar la forma en la que entrenas: diariamente, semanalmente. Consistencia mejor que intensidad.
Por ejemplo, cuatro entrenamientos semanales, de media hora, mejor que un entrenamiento semanal de dos horas.
Dormir, alimentación, cuerpo y mente.